La aparición de Ytrio en mi vida ha sido algo realmente espectacular. Tuve la suerte de que a mis 47 años surgiera con fuerza y credibilidad la digitalización en la Odontología, lo que me alejó de la rutina y me devolvió a la necesidad del aprendizaje. Pero a mis 58, apareció, el año pasado, la posibilidad de generar el gran sueño de mi vida profesional que era la alianza de una serie de laboratorios.
Unos laboratorios con un recorrido importante y contrastado.
Muchos años de colaborar con clínicas para que los pacientes pudieran recibir el mejor trato posible. Muchos años de estudios, congresos y de tratar de formar equipos dentro de nuestros laboratorios. Y ahora se trata de que, manteniendo cada uno su idiosincrasia y los pequeños detalles personales, unamos nuestra sabiduría y voluntad de servicio.
Y lo hemos conseguido desplazando los egos para construir Ytrio. Un grupo profesional con la voluntad de crecer a través de la suma de criterios diversos y certeros. Pero estoy convencido de que muchos me preguntaríais cómo vemos esta alianza en estos momentos de confusión y de incertidumbre tan impactantes en nuestras vidas. Sería lógico que me comentarais que no es el momento más oportuno, que quizás ahora es momento de ser austeros, de limitarse a sobrevivir. Pues tengo una respuesta clara y concisa, creo que es el momento ideal para la aparición de Ytrio. Es el momento de los equipos, de los esfuerzos repartidos, de los protocolos ideales, de la comunión entre las clínicas e Ytrio para limitar las visitas de los pacientes con los mejores resultados posibles.
En Ytrio no conocemos el miedo. Preferimos el trabajar duro, el investigar, el contrastar los mejores protocolos, el apoyarnos para que la resultante sea siempre el éxito y os puedo asegurar que estamos en ello.
Hay una leyenda muy bonita entre los indios Cherokees. Cuentan que estando juntos el jefe de la tribu y su nieto, este al que le encantaban las historias de su abuelo le dijo: “Abuelo, porqué no me cuentas alguna de tus historias”. El abuelo que disfrutaba como loco esos momentos de comunión con su nieto, lo miró con cariño y le dijo “Es importante que sepas que a veces la vida es muy dura y lo peor es que en esos momentos de incertidumbre siempre acaba existiendo una batalla dentro de nuestras cabezas”. El nieto se quedó impresionado y pensativo y el abuelo prosiguió
“Hijo mío, la batalla es entre dos lobos que viven siempre dentro de nuestro ser. Uno es el lobo del miedo y el otro es el del coraje”. El abuelo hizo una pequeña pausa para ver la reacción de su nieto y sin prácticamente tiempo a nada este le preguntó “¿Y qué lobo gana la batalla?". A lo que el abuelo, sabiamente, le respondió “El lobo que alimentas”.
Creo que no necesito explicaros a que lobo alimentamos en YTRIO y si tú también alimentas el lobo del coraje eres de los nuestros y te queremos a nuestro lado. Y si eres de los que, comprensiblemente, no puedes evitar por múltiples razones dejar de alimentar el lobo del miedo, ven a buscarnos porque podemos ayudarte y garantizarte que vas a vivir tu mejor época profesional.
Te esperamos con ilusión.
Juan Golobart Serra.
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